lunes, 12 de noviembre de 2012

TOMA NOTA: ACTUACIONES A NIVEL DE AULA

En este sentido destacamos tres pilares de acción: Mejorar los procesos de enseñanza-aprendizaje. Muchas veces encontramos alumnos que como no han conseguido destacar académicamente optan por “ser alguien” y destacar a base de ser graciosos, o a partir de la violencia, la agresión o la burla sobre los otros, generalmente los otros son alumnos aplicados, cuyas burlas sólo hacen que poner de relieve lo que se denomina como envidia. Si ese futuro alumno conflictivo no llega a sentir esa envidia, si llega a sentirse menos frustrado académicamente… ¿necesitará ser alguien por la vía del conflicto si ya es alguien gracias a sus aprobados? En este sentido se plantean las siguientes estrategias de actuación:

1- Conocer el estilo de aprendizaje de nuestros alumnos. En este sentido, distinguimos entre alumnos divergentes (analizan las cosas desde diversos puntos de vista, son más observadores que “actuadores”), asimiladores (sus pensamientos son más abstractos, se centran más en la teoría que en la practicidad de sus pensamientos), acomodadores (actúa visceralmente sin analizar las consecuencias, confía más en las otras personas que en sí mismo) y convergentes (tienen facilidad para la toma de decisiones, se le dan mejor las cosas de carácter técnico). Para conocer el estilo de aprendizaje de nuestros alumnos debemos analizar los procesos de sensibilización a la actividad (motivación), los procesos atencionales, los procesos de adquisición de la información, los procesos de personalización y control, los procesos de recuperación de la información y finalmente los procesos de transfer a otros ámbitos. 
2- Modificar nuestro estilo de enseñanza. Igual que es especialista de Matemática en Secundaria no imparte la clase igual en bachillerato, todos nosotros debemos adaptar nuestra forma de enseñar al estilo de aprendizaje dominante del grupo – clase. Según Bennett (1976) hay doce estilos de profesor, no debemos plantearnos las cosas desde la perspectiva estática de: autocrático, laissez-faire o democrático. El profesor asume cada vez más responsabilidades: debe ser estratega, comunicador, manager, higienista, dietista, policía, mediador, psicólogo, sabio… y cada día algo más.

 3- Estrategias de aprendizaje. El aprendizaje debe ser un aprendizaje estratégico, esto es una prima que lleva muchos años flotando en el ambiente escolar, y se aplica, aunque no siempre. Debemos dotar al alumno de formas de mejorar sus resultados académicos, así lograremos alumnos más competentes y capacitados para afrontar las tareas que se le presenten. 
                       
- Motivación del alumno. Es otro de los grandes clásicos. Se habla frecuentemente de la motivación intrínseca y extrínseca, se habla de la dinamización del aula (que suena mejor), y es cierto, es necesario. Debemos ser capaces de motivar al alumno, y sobre todo de NO desmotivar.

- Motivación del profesorado. Encontramos mucha narrativa sobre la motivación del alumno, pero ya no tanta sobre la motivación nuestra. Necesitamos motivarnos entre nosotros, con nuestros compañeros, necesitamos crear espacios de “tranquilidad” en nuestro centro, en nuestro interior, necesitamos cambiar de tema en el café, no estemos siempre hablando de lo mismo con los compañeros, a veces hablar de cine ayuda.

- Mejorar las habilidades básicas para la resolución del conflicto. No podemos esperar que únicamente mediante la mejora de los procesos académicos se diluyan todos los conflictos, es algo que ayudará y que generalmente no se tiene tan en cuenta, pero deberemos de complementarlo con iniciativas que desarrollen en nuestros alumnos las habilidades necesarias para afrontar el conflicto por ellos mismo y de forma adecuada. En este sentido debemos formar a nuestros alumnos en las técnicas de resolución de conflictos (visión del conflicto como algo natural, definición del conflicto, lluvia de ideas sobre soluciones, análisis de las mismas y determinación de cuál aplicar, puesta en marcha de las medidas, y análisis de revisión de los resultados). 
-Técnicas en habilidades sociales y de comunicación. Debemos ofrecer al alumnos formas de expresar sus sentimientos, canales de comunicación. Fomentar la empatía, y la inteligencia emocional.


-Mejorar la autoestima y el autoconcepto. En este sentido quiero hacer especial énfasis en el concepto que nosotros provocamos en el propio alumno, es importante evitar frases como “siempre la estás liando” o “¿qué has hecho esta vez?” o “sabía que eras tú”. Cuidado, con afirmaciones así no beneficiamos al alumno, tan sólo servirán para trasmitirle nuestro sentimiento de incapacidad y rabia por no saber ayudarle.

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